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Texto de comentario 13


¿La iglesia excomulga a la mujer?
La mariana adhesión de monseñor Osoro a la huelga del 8 de marzo y la solidaridad de otras eminencias revestiría más credibilidad si no fuera porque la Iglesia católica representa el espacio absoluto, categórico de la discriminación de la mujer en la sociedad occidental. […]
La Iglesia no reacciona a la actualidad en el ensimismamiento de su naturaleza pétrea, pero no puede sustraerse ni a sus contradicciones ni a las reformas que han emprendido otros cultos cristianos occidentales. Una primera mujer obispo ya ha accedido a la jerarquía de Iglesia anglicana, de la misma manera que otra, por más señas divorciada, llegó a presidir hace una década la Iglesia luterana, no ya rectificando la desigualdad enfermiza de las comunidades cristianas, sino anteponiendo la normalidad del trabajo pastoral y su integración en la sociedades, más todavía cuando la crisis de fe y la mala reputación de la familia eclesiástica en su hermetismo y en sus delitos contrastados amenazan con desenganchar a la feligresía o exponerla a la idolatría.
Se trata de impartir la tolerancia, de divulgar el Evangelio, no de someterlo a las restricciones y a los dogmas. Ni siquiera existe en la Iglesia romana uno que contradiga el sacerdocio femenino, pero se ha consolidado una percepción enfermiza, condescendiente y recelosa hacia la mujer que estos días han excitado el oscurantismo de monseñor Munilla en la diócesis de San Sebastián, acusando al feminismo de haberse abierto de piernas a Satán, ofreciendo al diablo el sacrificio del aborto y la aberración del lesbianismo. Rubén Amón, El País, 6/03/2018.


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Comentario 27 (100% EBAU)

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