'OT', la más útil basura televisiva
La televisión de cada país emite tanta basura como
basura deben soportar los espectadores para mantener la ficción electiva que el
sistema democrático necesita. A la vista del éxito de Operación Triunfo podemos presuponer que en España
andamos cortos de cultura política y necesitamos alimentar a los ciudadanos con
una ración extra de eso que llamaba Gustavo
Bueno "papilla democrática televisiva". En su ya
clásico Telebasura y democracia, un texto publicado hace quince
años por Ediciones B, exponía el filósofo que el "ocio democrático"
resulta ser "tan básico como el trabajo. Porque este ocio conforma al
individuo libre (elector) como consumidor
libre con opiniones propias (aunque no
tan originales que hagan imposible las predicciones demoscópicas). Y por
ello", concluía, "lo que la democracia habrá de prohibir no es el
ocio, sino el ocio que disminuya las
capacidades del consumidor sostenible (tal sería el caso de las drogas
destructivas)".
Nuestro tiempo de trabajo, el de la producción, es
ahora casi residual para la creación de valor con respecto al tiempo de la
reproducción, es decir, el del ocio. En éste no sólo se recupera la fuerza de
trabajo, o sea, el cuerpo. También se amoldan, gracias a la televisión y a
internet (el más democrático y por tanto más destructivo medio) nuestra
subjetividad e identidad. Y a la vez, generamos valor a través del
consumo. Cuando no trabajamos somos más útiles
para el sostenimiento del sistema que cuando lo hacemos.
La eficacia de OT, sin embargo, es
mayor aún que la de otro concurso televisivo. Contribuye, sí, a mantener la
ficción del espectador libre que juzga y vota y al votar consume. Y refuerza la
idea esencial de que consumo y democracia son indisolubles. Pero además, el
ciudadano toma conciencia de la inutilidad del saber, del conocimiento. Para
alcanzar el éxito basta un curso de tres meses en una supuesta academia. Luego,
una canción cursi, como en otras basuras similares un plato de cocina evanescente.
Todo sin esfuerzo. Sin estudio. Democracia,
consumo, ignorancia.
OT es basura en la medida en la que nuestras conciencias lo son también.
Pero la basura, como explicaba Bueno, no puede barrerse sin
correr el riesgo de eliminar, con ella, a
nosotros mismos.